Semana Santa 2021. Tiempo de florecer.

Artículo del Pastor Dr. Israel Flores Olmos - Decano Facultad SEUT

La primavera ha llegado, aunque continúen las heladas por algunas zonas e incluso la nieve nos haya visitado en los días pasados, ya es primavera. Las plantas comienzan a percibir las señales ambientales que indican que ha llegado el momento de florecer. Ellas han desarrollado, nos dicen los biólogos, las capacidades de percibir las condiciones que les son propicias para lanzar su colorido, olores y belleza florales en el momento adecuado.

En la Semana Santa recordamos también como cristianos la gran esperanza de la resurrección, que no es otra que la esperanza del florecimiento de la vida. Es una semana que nos rememora el tiempo de dolor y sufrimientos de un hombre llamado Joshua ben Josef (Jesús), que a pesar de haber vivido su última semana llena de dolor, agravios, muerto en una cruz y enterrado en una tumba; al tercer día resucitó. Es por esto que el cristianismo está llamado a combatir todo dolor y sufrimiento, y brindar consuelo y ánimo con un horizonte lleno de esperanza en que la vida al final, como las plantas florecerá.

Hemos pasado como sociedad, como humanidad por un largo año de pandemia que podríamos describir como un largo invierno. Hemos vivido el dolor, la muerte, la enfermedad y la precariedad de mucha gente y familias que han pasado a las largas listas del desempleo. El confinamiento subrayó no solo la gravedad de la COVID-19, sino que mostró nuevamente la vulnerabilidad de muchos grupos sociales. Así es, ha sido un año vivido como un largo y oscuro invierno para muchos. Esta Semana Santa, esta primavera esperamos que florezca ricamente todo lo que está germinando, los brotes tiernos de la avena, las flores del almendro, el cerezo y el ciruelo; todo tipo de magnolias, lirios y geranios; y que todo árbol y planta de su fruto prometido. Que las vacunas se apliquen a todos, que los trabajos se recuperen, que las universidades y teatros se abran, que las familias puedas nuevamente reunirse, que se celebren las bodas pendientes, que nos podamos ver nuevamente los rostros y reconozcamos las sonrisas de los ancianos y los jóvenes… que la vida florezca esperanzadora.

No importa que tan arduo haya sido el invierno, las plantas, debido a su capacidad de detectar la calidad de la luz por medio de sus fotoreceptores, reconocen el momento para florecer de manera inminente y este fenómeno es irreversible, ofreciendo la alegría multicolor al mundo. Esperamos que sea así el florecer de la vida en nuestra sociedad, pues finalmente es esto lo que recordamos en la Semana Santa: la esperanza de la vida plena, aun después de un largo invierno.


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