Aprendizaje coopertivo. Una forma de responder a la diversidad del aula en la que todos los alumnos desarrollan su potencial

Gema Martín, docente y experta en aprendizaje cooperativo, comparte su visión pedagógica acerca de esta metodología educativa que se aleja de la tradicional visión del aprendizaje como un proceso inpidual.

En el siglo XXI la globalidad es un elemento clave y debemos preparar a nuestros niños y jóvenes para formar parte de ella. En este sentido, el  aprendizaje inpidualista y competitivo que tradicionalmente se ha venido desarrollando en las aulas apoyado en ideas como: el único responsable del aprendizaje es el alumno, el aprendizaje es un proceso inpidual en el que el alumno debe progresar independientemente del progreso de sus compañeros, buscar ayuda es una actitud inmadura, etc,  ha dejado de ser válido.

Tenemos entonces que buscar una nueva fórmula que de importancia a las relaciones interpersonales, que ponga el énfasis en la globalidad de nuestras acciones y decisiones sin perder de vista la importancia inpidual. En este marco se desarrolla el Aprendizaje Cooperativo.

El Aprendizaje Cooperativo es un sistema de interacciones, de procedimientos de enseñanza,  que organiza e induce a la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo que trabajan conjunta y coordinadamente para resolver tareas académicas y desarrollar su propio aprendizaje. Los objetivos de cada uno de los miembros del equipo están estrechamente vinculados de tal manera que, cada uno de ellos solo puede alcanzar sus objetivos si, y solo si, los demás consiguen alcanzar los suyos.

 

En definitiva supone una opción metodológica que valora positivamente la diferencia y la persidad puesto que  obtiene beneficios de situaciones heterogéneas,  respondiendo además a las necesidades de una sociedad multicultural y persa como la nuestra en tanto en cuanto respeta las particularidades de cada sujeto  y le ayuda a desarrollar al máximo sus potencialidades.

Todo ello tiene una fundamentación en teoría como: la Teoría Scoiocultural de Vygostky, la Teoría Genética de Piaget que fue desarrollada por la Escuela Social de Ginebra, la Teoría de la Interpedependencia Positiva de los hermanos Johnson, el Aprendizaje Significativo de Ausubel, la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gagner

Para que exista un verdadero Aprendizaje Cooperativo en el aula  han de darse los siguientes elementos:


• Interdependencia positiva: implica que los objetivos inpiduales de cada uno de los miembros del grupo están estrechamente relacionados, de tal manera que la consecución del objetivo final del equipo solo es posible si cada uno de sus miembros alcanza su propio objetivo. Esto nos lleva a un segundo elemento.

• Responsabilidad Inpidual: cada miembro del grupo ha de asumir su propia responsabilidad hacia la tarea que se le ha encomendado. Si no es  así el objetivo del grupo no se consigue.

• Interacción “cara a cara”: para que exista cooperación los estudiantes han de compartir conocimientos y recursos, han de ayudarse, de explicar sus propios puntos de vista sobre la tarea, de enfocar las actividades; solo así lograrán alcanzar los objetivos.

 De estos elementos se desprenden otros aspectos que sin duda son indispensables para que puedan desarrollarse de manera positiva los anteriores y que autores como Johnson, Johnson y Holubec (1999) apuntan. Nos referimos a las habilidades sociales y a la autoevaluación grupal.

Las habilidades sociales son, en mi opinión, un paso anterior incluso al propio Aprendizaje Cooperativo, puesto que se hacen indispensables para el buen funcionamiento y la armonía del equipo. Del tal manera que si los miembros del grupo no saben dirigirse a los demás con respeto, si no conocen la manera de establecer un debate de ideas en el que exista una escucha activa, una comprensión de lo que los demás cuentan nunca se logrará un clima adecuado para la cooperación. En este clima es indispensable que los miembros del grupo confíen unos en otros y sean capaces de desarrollar la interacción “cara a cara” desde el respeto, aceptando también la opinión de los demás.

Finalmente para poder constatar que se está llevando a cabo un verdadero Aprendizaje Cooperativo, es necesaria una autoevaluación grupal que dé la oportunidad a los miembros del equipo de cuestionar sus propias acciones en la búsqueda de mejorar sus desempeño en el equipo.

Podemos decir con todo ello que el Aprendizaje Cooperativo nos permite  desarrollar una verdadera educación inclusiva  en la que nadie queda fuera puesto que cada alumno tiene sus propias metas y objetivos con los que ayuda a la consecución de un objetivo grupal. Además los alumnos llevarán a cabo no solo un desarrollo cognitivo sino sobre todo un desarrollo psicológico y social favoreciendo las relaciones positivas entre ellos, lo que a su vez favorece la aparición de comunidades educativas respetuosas y persas que ayudan a establecer relaciones positivas ayudando a que los alumnos sean más autónomos, más responsables, más críticos con todo lo que les rodea y en definitiva más preparados para una sociedad global y persa.


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